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El euskera de Valdizarbe: método de aprendizaje y diccionario

El euskera tiene una larga historia en nuestro valle. Las primeras noticias documentadas que tenemos son de época romana. Testimonio de ello son los nombres escritos en las aras y estelas aparecidos en pueblos del entorno (Loxae en Arginaritz, Losae en Zirauki, Urchatetelli y Larrahi en Mendigorría, Errensae en Larraga, Agirseni en Tafalla, Ummesahar, Abisunhar y Narhunges en Lerga…). También nuestra toponimia es abundante y rica en términos en euskera que nos hablan de su presencia en el valle durante siglos.

Ya en el siglo XVI los mapas eclesiales de distribución lingüística presentan Valdizarbe como vascoparlante. Sin embargo los siglos XVIII y XIX trajeron el cambio lingüístico. Poco a poco la mayoría de los habitantes del valle pasaron de ser monolingües vascoparlantes a ser monolingües castellanoparlantes. Tenemos un ejemplo claro de este cambio en el censo de 1860. En aquel entonces el 14% del valle era vascoparlante, seguramente la mayoría de ellos de edad avanzada. Como en 1863 el euskera de Valdizarbe estaba bastante vivo, Bonaparte incluyó en su mapa de los dialectos a Puente la Reina-Gares y a todo Valdizarbe. El hito de la desaparición del euskera en Valdizarbe es el artículo escrito por el periodista Larreko en el periódico La voz de Navarra del año 1923, cuando entrevistó a quien pudo haber sido uno  últimos vascohablantes del valle. Seguramente con él se fue la forma dialectal del valle y, de alguna manera, unido a la lengua, un ingente patrimonio cultural inmaterial formado durante muchos siglos.

Sin embargo el subdialecto euskerico de Valdizarbe no se perdió para siempre. Para la publicación de este libro han sido imprescindibles los sermones y doctrinas de la Iglesia escritos en euskera, los seudónimos de los pobladores, las palabras residuales de nombres de plantas, de animales, de fenómenos meteorológicos, de aperos e instrumentos de trabajo además de otras fuentes diversas.El euskera volvió nuevamente al valle en los años 70 del siglo XX. Sus habitantes hicieron una decidida apuesta  por el euskera y algunos comenzaron a aprenderlo en las denominadas gau-eskolas. Más tarde en 1986 surgió el modelo D dando importantes frutos para su recuperación. Desde entonces el número de euskaldunes ha ido en aumento. Hoy día son más del 15% de la población de Valdizarbe siendo la mayoría de los hablantes niños, niñas y jóvenes. La recuperación del euskera, en gran medida, se ha producido gracias a la voluntad de los habitantes del valle. Hay que decir que la actitud de ellos ha sido modélica en la recuperación. A los habitantes y a los euskaldunes actuales del valle nos esperan nuevos retos, entre ellos el crecimiento de la comunidad de hablantes y la creación de espacios, muy necesarios, para el uso de la lengua.

Con esta publicación hemos querido, de alguna manera, recuperar el subdialecto vasco de Valdizarbe perteneciente al dialecto Altonavarro Meridional. Sin duda este trabajo magistral de Aitor Arana servirá para enriquecer el euskera de todos los y las vascoparlantes.

 

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